viernes, 11 de abril de 2008

Nunca hay que fiarse de un equipo alemán


El Bayern de Múnich acabó con el sueño europeo del Getafe con un gol a la alemana de Luca Toni, en el último suspiro de la segunda parte de la prórroga, cuando el conjunto madrileño había aguantado la eliminatoria con un jugador menos desde el minuto tres del partido por la expulsión de Rubén De la Red. Jamás se había hablado tanto de un partido en la humilde ciudad del sur de Madrid. No era para menos. Hace seis años, el Getafe se jugaba el ascenso a Segunda División con el Benidorm. Media década después, nadie imaginaba que el Bayern de Múnich, cuádruple campeón de la Copa de Europa, se presentaba en el Coliseum con posibilidades de ser eliminado en cuartos de final de la UEFA por un club pequeño. Los hombres de Laudrup saltaron al terreno de juego arropados incluso por el Rey. La hazaña de Múnich movilizó a todo el país, que se declaró adepto a la causa del Getafe. Pero en cuatro minutos todas las ilusiones se vinieron abajo: De la Red fue expulsado justamente por una entrada sobre Miroslav Klose. Había que apelar a la épica. Ésta llegaría después en las botas de Contra. Antes, Ribery mandó un balón al poste, el árbitro anuló un gol a Luca Toni y Uche tuvo que salir del campo por un pinchazo en su muslo derecho. Los pupilos de Hitzfeld no encontraban el camino que sí encontró Contra al final del primer periodo. El rumano se cosió el balón a su bota, arrancó desde el centro del campo, dejó atrás a todos los alemanes que salieron a su paso y perforó la red defendida por Kahn. El Getafe se iba al descanso con 1-0 y con la mente lista para aguantar al rodillo alemán.

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