martes, 18 de marzo de 2008

En un caótico arranque del Mundial, Fernando Alonso concluye en un cuarto puesto tan meritorio como inesperado


Fernando Alonso (Renault) realizó una gran carrera en el Gran Premio de Australia, primera prueba del Mundial, recompensada con un cuarto puesto, muy por encima del valor de su coche, mientras que el británico Lewis Hamilton (McLaren-Mercedes) dominó con autoridad. La carrera de ayer era casi un calco de la de Canadá del año pasado, con tres intervenciones del coche de seguridad que no beneficiaron en nada al español, pero en la últimas diez vueltas -era el décimo y último- recuperó seis posiciones con sus adelantamientos y las roturas ajenas. Poco antes de que se liberara la carrera por última vez, iba a ganar tres posiciones, ya que el japonés Kazuki Nakajima (Williams-Toyota) se llevaba por delante al polaco Robert Kubica (BMW) en la penúltima curva, y el brasileño Rubens Barrichello, que al final sería desclasificado por incorporarse a la pista con el semáforo rojo, era sancionado con una parada por repostar con los boxes cerrados. Los dos siguientes adelantamientos serían en perjuicio de los finlandeses Kimi Raikkonen (Ferrari) y Heikki Kovalainen (McLaren-Mercedes), de cuya lucha se aprovechó Alonso para pasarles de una tacada.

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