USTEDES CREEN QUE ESTO ES JUSTO,PARA EL QUE DEDICAMOS A MANTENER LOS NARANJOS PARA QUE DESPUES NOS PAGUEN POR LAS NARANJAS ESTA PORQUERIA DE DINERO ,Y AL FINAL QUIEN SON LOS PERJUDICADOS, EL CRIADOR Y LOS CIUDADANOS ,YA ESTA BIEN HOMBRE ,PERO LA CULPA DEL GOBIERNO Y NADA MAS ,LEAN Y VEAN LA INJUSTICIAS,PERO ASI SON LAS COSAS.
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La diferencia porcentual de precios origen-destino de un alimento tan popular como la naranja se ha situado en más del 1000%, para COAG "un negocio redondo de los intermediarios, especuladores de la comida"Un 40% de las frutas cítricas son zumo. Contienen, aproximadamente un 90% de agua y 5% de azúcares. La naranja dulce (Citrus sinensis Osbeck) es una de las frutas más populares del mundo y tiene un alto contenido de vitamina C. La naranja es un producto agrícola que, en la provincia de Cádiz, se concentra principalmente en el Campo de Gibraltar, aunque también se encuentran producciones aisladas en la zona rural de Jerez y Arcos.
Unas naranjas las de la provincia que tienen una excelente calidad y nada tienen que envidiar a las del Levante español. Algo que parece no importarle a las distribuidoras, que cada vez pagan menos a los agricultores que, en muchas ocasiones, no cubren ni los costes de producción y se ven forzados a vender sus naranjas a precios indignantes, ya que el naranjo es un árbol al que hay que recolectarle obligatoriamente la fruta, porque si no sufre y puede, incluso, morir.
La situación ruinosa de los agricultores, aunque parezca increíble, no guarda relación proporcional alguna con el precio final de las naranjas. Según los últimos datos del Índice de Precios en Origen y Destino -IPOD-, publicados por COAG, OCU y la Confederación Española de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU) los consumidores pagan más de doce veces lo que el agricultor cobra por un kilo de naranjas (0,13 euros/kg frente a 1,59 euros/kg), lo que sitúa la diferencia de precios origen-destino, en el caso de las naranjas, en un alarmante 1.223 euros/kg.
Unas naranjas las de la provincia que tienen una excelente calidad y nada tienen que envidiar a las del Levante español. Algo que parece no importarle a las distribuidoras, que cada vez pagan menos a los agricultores que, en muchas ocasiones, no cubren ni los costes de producción y se ven forzados a vender sus naranjas a precios indignantes, ya que el naranjo es un árbol al que hay que recolectarle obligatoriamente la fruta, porque si no sufre y puede, incluso, morir.
La situación ruinosa de los agricultores, aunque parezca increíble, no guarda relación proporcional alguna con el precio final de las naranjas. Según los últimos datos del Índice de Precios en Origen y Destino -IPOD-, publicados por COAG, OCU y la Confederación Española de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU) los consumidores pagan más de doce veces lo que el agricultor cobra por un kilo de naranjas (0,13 euros/kg frente a 1,59 euros/kg), lo que sitúa la diferencia de precios origen-destino, en el caso de las naranjas, en un alarmante 1.223 euros/kg.
Con esta diferencia tan abusiva de precios entre productor y consumidor, que es mucho más acusada en otros cítricos como el limón (1.307%) y la clementina (1.664%), queda en evidencia lo que COAG viene denunciando desde hace años: la especulación con la comida, para lo que precisamente publica en colaboración con otras asociaciones el IPOD.
Hay que tener en cuenta que en España dos o tres cadenas de distribución poseen cuotas de mercado muy elevadas. Cuotas que, incluso, pueden llegar a ser muy superiores al 90 por ciento en la distribución de frutas y hortalizas. Cada vez más, las compras de los alimentos por parte del consumidor final se concentran y organizan alrededor de la gran distribución alimentaria, que se está convirtiendo en la única puerta de acceso del consumidor a los alimentos y en la única puerta de los productores al consumidor, con gran influencia en toda la cadena alimentaria.
Hay que tener en cuenta que en España dos o tres cadenas de distribución poseen cuotas de mercado muy elevadas. Cuotas que, incluso, pueden llegar a ser muy superiores al 90 por ciento en la distribución de frutas y hortalizas. Cada vez más, las compras de los alimentos por parte del consumidor final se concentran y organizan alrededor de la gran distribución alimentaria, que se está convirtiendo en la única puerta de acceso del consumidor a los alimentos y en la única puerta de los productores al consumidor, con gran influencia en toda la cadena alimentaria.
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